Asociación Nacional de Jubilados y Pensionistas del "Santander"

F L O R E C I L L A   S I L V E S T R E

¿Quién te ha abandonado tan sola en tu mundo?. Estás triste ¿verdad?. Miras hacia el suelo que te da la vida y donde tus ramas están sujetas por la tierra que te da el sustento para que vivas… y si piensas  huir no  puedes… estás atada a tus hojas que aunque  quisieran darte la libertad no saben, porque ellas también están  sujetas  a la Madre Tierra.

A tus hermanas, tan bonitas como tú, las han liberado para que adornen bellos lugares… pero  ante el desencanto de tus hermanas, nadie se acerca a ellas, ni se las mira … pasan desapercibidas y cuando ya van perdiendo la prestancia  con la que el sol las ha pintado, sin miramiento alguno, se las tira en el contenedor de un camión, donde  la suavidad de sus pétalos, en contacto con los detritus de la más diversa especie, queda totalmente abandonada.

Tú no sabes estas cosas porque  ninguna de tus hermanas pudo retornar para decírtelo… y ahora que ya sabes la razón por la cual estás sola, ¿sientes pena por tí?.

-Si, siento pena, porque yo también en mi tallo, siento la rotura de mis hojas, con la diferencia de que si ellas estuvieran , yo estaría feliz, alegre… podría abrir mi cáliz para  que  el sol me envolviera con sus rayos, dándome calor  … y así en esta soledad, sin mis hermanas, me estoy muriendo de pena.

Cuando al día siguiente, los rayos solares iluminaron a la belleza solitaria… estaba caída en la tierra que la dio vida y el sonido del motor de una máquina, fue la música que escuchó, si le quedaba un hálito de vida.

Plegó sus hojas abiertas por el frío de la noche y así arropada por ellas, dejó caer unos granitos amarillos que florecerían  y una nueva vida recibiría las caricias del sol.

Conchita Díez Díaz

Nº        141